Genotipo frente a fenotipo
Supongamos que tu madre tiene los ojos azules, a la que nos referiremos a partir de ahora como B, y que tu padre tiene los ojos verdes, que ahora será b para nosotros. En este caso, B y b son los alelos, de los que ya hemos oído hablar. Para estos dos alelos hay tres posibles emparejamientos: BB, Bb, bb
Podemos referirnos a estos emparejamientos de dos formas distintas: genotipo y fenotipo.
El genotipo indica el emparejamiento exacto de los alelos. Por tanto, o BB, Bb o bb. No tiene nada que ver con la expresión del rasgo, es decir, el color de los ojos en este caso. El genotipo describe la información genética de un organismo, por lo tanto de tu cuerpo. No se puede ver el genotipo desde el exterior, ya que no se puede ver el ADN directamente.
A diferencia del genotipo, el fenotipo describe el aspecto físico, bioquímico y fisiológico de un organismo. Puede considerarse el producto del genotipo combinado con factores ambientales. Algunos ejemplos serían el color de los ojos o del pelo de un individuo, así como características fisiológicas como las alergias o los grupos sanguíneos.
En cuanto al fenotipo, hay que diferenciar entre alelos dominantes y recesivos. Los alelos dominantes expresan características en alguien aunque sólo uno de sus progenitores se las haya transmitido (individuos heterocigotos). En cambio, los alelos recesivos sólo muestran un rasgo en individuos homocigóticos. Esto significa que un determinado rasgo recesivo sólo se expresará en alguien que lo haya heredado de ambos progenitores.
¡Ya casi hemos llegado al final! ¡Sólo un capítulo más y ya conoces los fundamentos de la genética!