La acondroplasia es una enfermedad genética que afecta al crecimiento de los huesos y provoca baja estatura con brazos y piernas desproporcionadamente cortos, cabeza de mayor tamaño y rasgos faciales característicos; los médicos la describen como una forma de displasia esquelética. Muchas personas oyen hablar por primera vez de la acondroplasia cuando la ecografía del bebé muestra huesos largos más cortos de lo esperado, o cuando se observan estas características al nacer. Es una enfermedad crónica, pero no todas las personas la viven igual; los problemas de salud frecuentes pueden incluir infecciones de oído medio, dificultades respiratorias o apnea del sueño, estrechamiento de la columna y piernas arqueadas, mientras que el pensamiento y el aprendizaje suelen ser normales. La atención se centra en vigilar el crecimiento y el desarrollo, tratar las complicaciones de forma precoz (como colocar drenajes en los oídos, realizar estudios de sueño o cirugía para la estenosis espinal), y puede incluir tratamiento dirigido como vosoritide en algunos niños; el alargamiento de las extremidades es una opción para unos pocos, pero no es necesario para la salud. Con una atención cuidadosa, muchas personas con acondroplasia llevan vidas largas y plenas.

Resumen breve

Síntomas

Las manifestaciones de la acondroplasia incluyen baja estatura con acortamiento de los brazos y muslos, cabeza grande con frente prominente y aplanamiento de la parte media de la cara. Los signos precoces de la acondroplasia pueden incluir hipotonía (tono muscular bajo), retraso en los hitos motores, arqueamiento de las piernas y problemas de oído o respiratorios.

Perspectivas y Pronóstico

La mayoría de los niños con acondroplasia crecen hasta la edad adulta y llevan una vida activa e independiente. La estatura sigue siendo baja y algunos desarrollan estrechamiento de la columna o problemas de oído, respiración o articulaciones que necesitan seguimiento. La atención regular con genética, traumatología y otorrinolaringología puede prevenir problemas y preservar la función.

Causas y factores de riesgo

La acondroplasia se debe a un cambio en el gen FGFR3 que ralentiza el crecimiento óseo. La mayoría de los casos son mutaciones nuevas (de novo); otros son autosómicos dominantes. El riesgo es mayor cuando uno de los padres tiene acondroplasia y aumenta ligeramente con la edad paterna avanzada.

Influencias genéticas

La genética es clave en la acondroplasia: casi todos los casos se deben a un cambio específico en el gen FGFR3. Suele heredarse de forma autosómica dominante, por lo que una sola copia alterada puede causar la afección. Muchos casos surgen por una variante nueva (de novo), especialmente con mayor edad paterna.

Diagnóstico

La acondroplasia suele diagnosticarse después del nacimiento por rasgos característicos —extremidades cortas, cabeza más grande— y se confirma con radiografías. La ecografía prenatal puede sugerirla cuando el crecimiento de las extremidades se retrasa. El diagnóstico genético de la acondroplasia se realiza con la prueba del gen FGFR3 a partir de sangre o de muestras prenatales.

Tratamiento y medicamentos

El tratamiento de la acondroplasia se centra en tu confort, tu movilidad y el apoyo al crecimiento. La atención suele incluir controles periódicos, fisioterapia, nutrición adaptada y opciones como cirugía de alineación de las extremidades o crecimiento guiado; algunos niños pueden ser candidatos a medicación que favorece el crecimiento. El control del dolor, las revisiones de audición y el tratamiento de la apnea del sueño ayudan en tu día a día.

Síntomas

Vivir con acondroplasia suele implicar una constitución corporal diferente que afecta al alcance, el ajuste de la ropa y algunas tareas diarias. Los padres pueden notar signos precoces de acondroplasia en la infancia, como brazos y piernas más cortos en comparación con el tronco o una cabeza más grande. Las manifestaciones varían de una persona a otra y pueden cambiar con el tiempo. El pensamiento y el aprendizaje suelen ser típicos, mientras que el movimiento, la respiración o la salud del oído pueden necesitar atención extra.

  • Baja estatura: La talla es más baja que el promedio, y la mayor parte de la diferencia proviene de las extremidades. En muchos adultos con acondroplasia, la estatura es de alrededor de 120–135 cm (about 4 ft 0 in to 4 ft 5 in).

  • Extremidades cortas: En la acondroplasia, los brazos y los muslos son más cortos que el tronco. Esto puede hacer que alcanzar por encima de la cabeza, subir escaleras o caminar largas distancias resulte más cansado.

  • Cabeza más grande: La cabeza suele ser más grande con una frente prominente. Los bebés pueden necesitar apoyo extra del cuello, y encontrar cascos o gorros que ajusten bien puede requerir prueba y error.

  • Diferencias en la mitad de la cara: El puente de la nariz puede ser más plano y la mitad de la cara más pequeña. Esto puede contribuir a apiñamiento dental o ronquidos.

  • Dedos cortos: Los dedos son más cortos, y a menudo hay una pequeña separación entre el dedo medio y el anular. La fuerza de prensión suele ser buena, aunque tareas como abrir tarros grandes pueden resultar más difíciles.

  • Codos con limitación: Los codos pueden no estirarse o rotar por completo. Alcanzar la parte posterior de la cabeza o abrochar objetos detrás del cuerpo puede ser complicado.

  • Piernas arqueadas: Las piernas inferiores suelen curvarse hacia afuera. Esto puede provocar molestias en rodillas o tobillos tras la actividad, y a veces se valora el uso de ortesis o la cirugía.

  • Curvatura de la columna: La parte baja de la espalda tiende a curvarse hacia adentro, y los bebés pueden tener una curvatura redondeada en la parte alta que suele mejorar cuando empiezan a caminar. La fatiga o el dolor de espalda pueden aparecer con periodos prolongados de pie.

  • Estrechamiento espinal: El canal espinal puede ser más estrecho de lo habitual, llamado estenosis espinal. Esto puede causar dolor en las piernas, entumecimiento u hormigueo al caminar, y sentarse o inclinarse hacia adelante puede aliviarlo.

  • Compresión cervical: La abertura en la base del cráneo puede ser estrecha en algunos bebés con acondroplasia y presionar la médula espinal. Las señales de alarma incluyen pausas respiratorias, mal agarre al mamar o cambios de color alrededor de los labios y requieren atención médica urgente.

  • Apnea del sueño: Las pausas en la respiración durante el sueño son más frecuentes. Los ronquidos intensos, el sueño intranquilo o la somnolencia diurna pueden ser pistas, y el tratamiento puede incluir un dispositivo de respiración nocturno o cirugía por amígdalas aumentadas de tamaño.

  • Infecciones de oído: La acumulación de líquido detrás del tímpano y las infecciones de oído frecuentes ocurren con más frecuencia en la acondroplasia. La pérdida auditiva temporal puede afectar al habla y al lenguaje, por lo que las revisiones auditivas y los drenajes (tubos) pueden ayudar.

  • Retrasos motores: Sentarse y caminar suelen ocurrir más tarde, principalmente por el tamaño de la cabeza y las proporciones corporales. Con fisioterapia adaptada, la mayoría de los niños con acondroplasia desarrollan con el tiempo buenas habilidades de movilidad.

  • Aumento de peso: El peso extra puede acumularse con facilidad. Mantenerte activo y ajustar las porciones ayuda a proteger las articulaciones y reduce la probabilidad de problemas de espalda o respiratorios.

  • Problemas de mordida dental: Una mandíbula superior más pequeña puede causar apiñamiento o mordida invertida. El cuidado dental y ortodóncico regular puede mejorar la masticación y prevenir el desgaste dental.

Cómo las personas suelen darse cuenta por primera vez

Muchas familias notan los primeros signos de la acondroplasia al nacimiento o incluso antes, cuando una ecografía muestra brazos y muslos superiores más cortos de lo esperado y una cabeza más grande en comparación con el cuerpo. Poco después del parto, los médicos suelen confirmar lo que los padres ven: un recién nacido con talla baja, una cabeza relativamente grande con frente prominente y manos que pueden verse en forma de trípode cuando los dedos se separan. En algunos bebés, la forma en que se detecta por primera vez la acondroplasia también incluye manifestaciones precoces como hipotonía (tono muscular bajo), ronquidos o respiración ruidosa, o infecciones de oído recurrentes que llevan a una evaluación por genética o traumatología.

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Tipos de Acondroplasia

La acondroplasia tiene algunas variantes genéticas bien reconocidas y formas clínicas relacionadas que pueden verse diferentes en la vida diaria. La mayoría de las personas presentan la forma clásica, pero existen variantes poco frecuentes que cambian la gravedad o combinan rasgos con otras afecciones. No todos experimentarán cada tipo. Los profesionales suelen describirlas en estas categorías:

Acondroplasia clásica

Es la forma más frecuente causada por un cambio específico en el gen FGFR3. Suele haber baja estatura con acortamiento de brazos y muslos, tamaño de la cabeza mayor y rasgos faciales típicos.

Forma homocigota

Heredar el cambio en FGFR3 de ambos padres produce una forma mucho más grave. Los recién nacidos pueden tener problemas respiratorios potencialmente mortales y diferencias significativas en la pared torácica.

Hipocondroplasia

Esta afección relacionada con FGFR3 suele ser más leve y puede diagnosticarse más tarde en la infancia. La estatura es baja, pero las proporciones corporales pueden ser menos llamativas que en la acondroplasia clásica.

Displasia tanatofórica

Es una forma extremadamente grave en recién nacidos, generalmente letal, vinculada a otros cambios en FGFR3. Provoca extremidades muy cortas, tórax pequeño y fallo respiratorio grave poco después del nacimiento.

Acondroplasia con mosaicismo de FGFR3

Cuando solo algunas células tienen el cambio en FGFR3, los rasgos pueden ser parcheados o más leves. Puede haber afectación desigual de las extremidades o rasgos más sutiles en comparación con la acondroplasia clásica, lo que muestra cómo pueden variar los tipos de acondroplasia.

¿Sabías?

Los cambios en el gen FGFR3 actúan como un “interruptor de crecimiento lento” atascado en los huesos, lo que provoca extremidades cortas, una cabeza más grande, retrusión del tercio medio de la cara y limitación de la extensión del codo. Algunas variantes también aumentan la probabilidad de estenosis espinal y piernas arqueadas, algo que los médicos vigilan de cerca.

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Causas y Factores de Riesgo

La acondroplasia está causada por un cambio en un gen llamado FGFR3 que frena en exceso el crecimiento óseo; en la mayoría de las familias aparece como una mutación nueva sin antecedentes previos. Cuando uno de los padres tiene acondroplasia, cada embarazo tiene aproximadamente un 50% de probabilidad de que el hijo la herede; cuando ambos padres la tienen, hay un 25% de probabilidad de heredar dos copias del cambio (por lo general es mortal), un 50% de probabilidad de que el hijo tenga acondroplasia y un 25% de probabilidad de que el hijo no herede el cambio. Los factores de riesgo de la acondroplasia incluyen tener un progenitor con la enfermedad y una edad paterna avanzada, que aumenta ligeramente la probabilidad de una mutación nueva; no se sabe que exposiciones ambientales comunes, la alimentación o la actividad durante el embarazo la causen. Algunos riesgos son modificables (cosas que tú puedes cambiar), y otros no son modificables (cosas que no puedes cambiar), y en la acondroplasia la mayoría de los riesgos no se pueden modificar; el asesoramiento genético puede ayudarte a aclarar las opciones de planificación familiar.

Factores de Riesgo Ambientales y Biológicos

La acondroplasia suele deberse a un cambio nuevo que ocurre en la concepción, no a algo que hayan hecho los padres. Los médicos suelen agrupar los riesgos en internos (biológicos) y externos (ambientales). Hasta ahora, la investigación no ha confirmado exposiciones ambientales concretas que aumenten la probabilidad. A continuación verás los factores de riesgo ambientales y biológicos de la acondroplasia conocidos hoy.

  • Edad paterna avanzada: La probabilidad es mayor cuando el padre es de más edad en el momento de la concepción. Los efectos relacionados con la edad durante la formación de los espermatozoides pueden aumentar ligeramente la probabilidad de que esto ocurra.

Factores de Riesgo Genéticos

La mayoría de los casos de acondroplasia se deben a un único cambio en el gen FGFR3 que frena el crecimiento óseo. Los factores de riesgo genéticos de la acondroplasia incluyen tener un progenitor con la enfermedad y la posibilidad de un nuevo cambio en FGFR3. Algunos factores de riesgo se heredan a través de nuestros genes. Las nuevas mutaciones suelen originarse en los espermatozoides del padre y su probabilidad aumenta con la edad paterna.

  • Cambio en el gen FGFR3: Un único cambio en el gen FGFR3 hace que su señal sea demasiado intensa y frena el crecimiento óseo. Esta es la causa genética directa en casi todas las personas con acondroplasia. Con menos frecuencia, es responsable un cambio diferente en el mismo gen.

  • Herencia dominante: Cuando uno de los padres tiene acondroplasia, cada embarazo tiene un 50% (1 in 2) de probabilidad de que el niño herede la enfermedad. Las personas que heredan el cambio suelen mostrar las manifestaciones clínicas.

  • Mutación nueva: Alrededor del 80% de los casos de acondroplasia ocurren por un cambio completamente nuevo en FGFR3 en el óvulo o el espermatozoide. Los padres suelen tener talla promedio sin signos de la enfermedad.

  • Efecto de la edad paterna: La probabilidad de un nuevo cambio en FGFR3 aumenta con una mayor edad paterna. La mayoría de los cambios nuevos que causan acondroplasia provienen de los espermatozoides del padre, pero la mayoría de los hijos de padres mayores no se ven afectados.

  • Dos padres afectados: Cuando ambos padres tienen acondroplasia, existe un 25% (1 in 4) de probabilidad de que el bebé herede dos copias, lo que suele limitar la vida y a menudo es mortal poco después del nacimiento. También hay un 50% (1 in 2) de probabilidad de que el niño tenga acondroplasia y un 25% de talla promedio.

  • Mosaicismo de la línea germinal: En raras ocasiones, un progenitor sin acondroplasia puede portar el cambio en FGFR3 solo en algunos óvulos o espermatozoides. Esto puede aumentar ligeramente la probabilidad de tener otro hijo con acondroplasia en comparación con la población general.

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Factores de Riesgo del Estilo de Vida

Tus hábitos diarios no causan la acondroplasia, pero sí influyen en cómo se siente tu espalda, tus articulaciones y tu respiración día a día. Algunos riesgos pueden cambiar con los hábitos; otros son fijos: los médicos los llaman “modificables” y “no modificables”. Aquí nos centramos en los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida en la acondroplasia que pueden aumentar la probabilidad de dolor de espalda, compresión nerviosa o problemas de respiración durante el sueño.

  • Exceso de peso corporal: El peso extra ejerce más presión sobre la zona lumbar y las caderas en la acondroplasia. Puede empeorar los signos de estrechamiento del canal medular y aumentar el riesgo de apnea del sueño.

  • Inactividad: Moverte poco debilita los músculos del tronco y las caderas que sostienen la columna. En muchas personas con acondroplasia, esto se traduce en más dolor y rigidez de espalda.

  • Deportes de alto impacto: Saltos repetidos, placajes o caídas someten a estrés la columna y las articulaciones en la acondroplasia. Esto puede aumentar la probabilidad de irritación o lesión de los nervios.

  • Mala ergonomía: Sillas, escritorios o ajustes del coche que no se adaptan a tu cuerpo obligan a posturas forzadas. Con el tiempo, esto puede agravar el dolor de espalda o el hormigueo y entumecimiento en personas con acondroplasia.

  • Hábitos de sueño: Dormir boca arriba, horarios irregulares y ronquidos fuertes pueden indicar problemas de respiración durante el sueño en la acondroplasia. El alcohol cerca de la hora de acostarte puede facilitar el colapso de la vía aérea.

  • Alcohol y sedantes: Estos relajan los músculos de la garganta y pueden empeorar la apnea del sueño en la acondroplasia. También pueden aumentar el riesgo de caídas y enlentecer la recuperación tras procedimientos.

  • Fumar o vapear: El tabaco y la nicotina reducen la salud del hueso y los discos y ralentizan la cicatrización. En la acondroplasia, esto puede agravar los problemas de espalda e inflamar vías respiratorias ya estrechas.

  • Levantamiento de peso: Levantar lejos del cuerpo o girar con carga somete a tensión la columna. En la acondroplasia, esto puede desencadenar brotes de compresión nerviosa o espasmos de la espalda.

  • Sedestación prolongada: Pasar largos periodos sin pausas aumenta la presión en la parte baja de la columna. Cambiar de postura con frecuencia puede reducir la rigidez y las molestias en la acondroplasia.

  • Calidad de la nutrición: Los alimentos muy procesados y ricos en azúcares favorecen el aumento de peso. Un patrón equilibrado con suficiente proteína, calcio y vitamina D fortalece músculos y huesos en la acondroplasia.

Prevención de Riesgos

La acondroplasia es genética, así que no se puede prevenir la enfermedad en sí, pero muchas complicaciones se pueden reducir o detectar a tiempo. La prevención consiste en reducir el riesgo, no en eliminarlo por completo. Conocer los signos precoces de complicaciones de la acondroplasia ayuda a las familias a buscar atención de forma temprana. Trabajar con un equipo con experiencia en acondroplasia facilita la seguridad diaria y la planificación de la salud.

  • Asesoramiento genético: Conoce los riesgos de recurrencia y las opciones para futuros embarazos. Habla sobre las pruebas prenatales y las alternativas de reproducción asistida si lo deseas.

  • Controles con especialistas: Las visitas regulares con profesionales familiarizados con la acondroplasia ayudan a detectar problemas a tiempo. La atención suele coordinarse entre pediatría, ortopedia, otorrinolaringología, sueño y genética.

  • Vigilancia del crecimiento cefálico: Registrar el tamaño de la cabeza en gráficas específicas de acondroplasia permite detectar precozmente aumento de presión o hidrocefalia. La realización rápida de estudios de imagen y la valoración neuroquirúrgica reducen complicaciones.

  • Cribado de apnea del sueño: Las personas con acondroplasia tienen más riesgo de trastornos respiratorios del sueño. Los estudios de sueño nocturnos y el tratamiento oportuno mejoran la energía, el crecimiento y la salud del corazón.

  • Oído y audición: Las infecciones de oído son frecuentes, sobre todo en la infancia. Las revisiones auditivas tempranas y tratar el líquido detrás del tímpano protegen el habla y el aprendizaje.

  • Cuidado de columna y cuello: La acondroplasia aumenta el riesgo de estenosis espinal y compresión cervical. Sujeta bien la cabeza y el cuello en la primera infancia y evita forzar la flexión del cuello; avisa de inmediato si aparecen hormigueos, debilidad o nuevos problemas de equilibrio.

  • Actividad física segura: Prioriza el ejercicio de bajo impacto como natación o ciclismo para ganar fuerza y proteger las articulaciones. Evita los deportes de contacto de alto impacto y las camas elásticas que aumentan el riesgo de lesiones.

  • Hábitos de peso saludable: Las personas con acondroplasia pueden ganar peso con facilidad, lo que aumenta la presión sobre la columna y las articulaciones. Las comidas equilibradas y el movimiento diario ayudan a mantener el peso en un rango cómodo.

  • Seguridad en casa y en el coche: Usa sillas de coche que se adapten a torsos más cortos y permitan un cinturón bien posicionado; mantenlas a contramarcha todo lo que permitan los límites. Coloca taburetes, zonas de almacenamiento accesibles y asientos con buen apoyo para reducir caídas y sobrecargas.

  • Cirugía y anestesia: La acondroplasia puede afectar el tamaño de la vía aérea y la estabilidad del cuello, aspectos clave para la anestesia. Asegúrate de que los equipos quirúrgicos y de anestesia tengan experiencia y revisen con antelación las imágenes y los resultados del estudio de sueño.

Qué tan efectiva es la prevención?

La acondroplasia no se puede prevenir por completo porque es una enfermedad ósea genética causada por cambios en el gen FGFR3. En este contexto, prevención significa reducir las complicaciones y mantener el crecimiento y la movilidad lo más saludables posible. Una atención a tiempo —como vigilar el tamaño de la cabeza y la alineación de la columna, prevenir infecciones de oído, apoyar la respiración y controlar el peso— puede disminuir los riesgos y mejorar la calidad de vida. Para futuros embarazos, opciones como el asesoramiento genético, las pruebas prenatales o la fecundación in vitro (FIV) con estudio de embriones pueden reducir la probabilidad de transmitirla, pero no pueden garantizar los resultados.

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Transmisión

La acondroplasia no es contagiosa y no puedes “contagiarte” de otras personas. Ocurre por un cambio en un único gen que controla el crecimiento, y la mayoría de los casos aparecen como una mutación nueva en el óvulo o el espermatozoide, por lo que no hay antecedentes familiares. Cuando uno de los padres tiene acondroplasia, cada embarazo tiene un 50% de probabilidad de transmitir la afección al hijo; así es como se hereda la acondroplasia. Si ambos padres tienen acondroplasia, hay aproximadamente un 25% de probabilidad de que el hijo tenga una estatura media, un 50% de probabilidad de acondroplasia y un 25% de probabilidad de una forma más grave que acorta la vida.

Cuándo hacerse pruebas genéticas

Considera hacer pruebas genéticas si la baja estatura aparece temprano, hay antecedentes familiares de acondroplasia o la ecografía prenatal muestra signos como huesos largos más cortos o una cabeza más grande. Las pruebas pueden confirmar el diagnóstico, orientar el cribado del crecimiento y de la apnea del sueño, e informar la planificación de la anestesia. El asesoramiento genético te ayuda a entender las opciones para la planificación familiar y la atención.

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Diagnóstico

Muchas familias primero notan diferencias de tamaño al nacer o en la primera infancia, como brazos y piernas más cortos con un tronco de tamaño relativamente promedio. En la mayoría, el diagnóstico de acondroplasia comienza con estas manifestaciones reconocibles y luego se confirma con pruebas específicas. Obtener un diagnóstico suele ser un punto de inflexión hacia respuestas y apoyo. Los médicos combinan hallazgos del examen, estudios de imagen y pruebas genéticas para aportar claridad y orientar la atención.

  • Características clínicas: Los médicos buscan un patrón característico: acortamiento de la parte superior de brazos y muslos, cabeza más grande con frente prominente y tercio medio facial pequeño. Cuando estas manifestaciones aparecen juntas, sugieren con fuerza la acondroplasia.

  • Antecedentes familiares: Una historia clínica y familiar detallada puede ayudar a aclarar si otras personas comparten rasgos similares o un cambio genético conocido. Muchos casos ocurren por primera vez en una familia, así que unos antecedentes familiares negativos no la descartan.

  • Radiografías óseas: Una serie de radiografías puede mostrar patrones óseos típicos, incluido el acortamiento de los huesos largos, cambios característicos cerca de las articulaciones y un canal vertebral relativamente estrecho. Estos hallazgos de imagen ayudan a distinguir la acondroplasia de otras afecciones del crecimiento óseo relacionadas.

  • Pruebas genéticas: Una prueba de sangre o saliva busca un cambio en el gen FGFR3 que causa la acondroplasia. Esto confirma el diagnóstico genético de acondroplasia y es especialmente útil si los hallazgos del examen o de las radiografías no son concluyentes.

  • Ecografía prenatal: Durante la ecografía de mitad del embarazo, la ecografía puede mostrar huesos largos más cortos y un tamaño de cabeza mayor en comparación con el cuerpo. Estos hallazgos pueden aumentar la sospecha y motivar hablar de pruebas adicionales.

  • Pruebas genéticas prenatales: Si la ecografía genera preocupación o uno de los padres porta el cambio conocido en FGFR3, analizar células de la placenta (CVS) o del líquido amniótico puede confirmar el diagnóstico antes del nacimiento. Tu equipo puede sugerirlo para profundizar cuando los resultados podrían cambiar la planificación del embarazo.

  • Evaluación diferencial: Los médicos suelen empezar comparando las manifestaciones con otras displasias óseas que también afectan la talla y la longitud de las extremidades. Descartarlas garantiza un diagnóstico preciso y orienta el plan de atención adecuado.

  • Evaluación por especialistas: La derivación a un genetista clínico o a un especialista en displasias óseas puede ayudar a interpretar los resultados y coordinar la atención. A partir de ahí, el foco pasa a confirmar o descartar las posibles causas.

Etapas de Acondroplasia

La acondroplasia no tiene etapas de progresión definidas. Es una enfermedad presente desde el nacimiento y crónica, con manifestaciones que cambian según la edad en lugar de avanzar por fases fijas; los signos precoces de acondroplasia suelen notarse en la infancia. Se pueden recomendar distintas pruebas para confirmar qué está ocurriendo, como un examen físico, mediciones corporales, radiografías y, a veces, pruebas genéticas. La atención continuada suele incluir controles periódicos del crecimiento, la respiración y el sueño, la alineación de la columna y las extremidades, el tamaño de la cabeza y la audición para detectar complicaciones tratables.

¿Sabías sobre las pruebas genéticas?

¿Sabías que las pruebas genéticas pueden confirmar la acondroplasia de forma rápida y precisa, para que las familias y los equipos de atención planifiquen el cuidado adecuado desde el principio? Pueden ayudar a detectar pronto riesgos relacionados para tu salud —como estrechamiento de la columna, infecciones de oído o problemas respiratorios—, de modo que se controlen y traten antes de que causen complicaciones mayores. Las pruebas también apoyan una planificación familiar informada, dándote información clara y personalizada sobre la herencia y las opciones para futuros embarazos.

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Perspectivas y Pronóstico

Mirar hacia el futuro puede imponer respeto, pero la mayoría de los niños con acondroplasia llegan a la edad adulta con una esperanza de vida típica cuando reciben una atención preventiva y constante. El crecimiento es más bajo y las proporciones corporales son diferentes, pero la escuela, el trabajo, los deportes adaptados para tu comodidad y la vida en familia son muy posibles. Muchas personas preguntan: “¿Qué significa esto para mi futuro?”, y la respuesta suele depender del seguimiento precoz de los problemas respiratorios, las infecciones de oído, el estrechamiento de la columna y la alineación de las extremidades, para que los problemas pequeños no se conviertan en grandes.

El pronóstico describe cómo evoluciona una enfermedad con el tiempo o si tiende a estabilizarse. En la acondroplasia, los riesgos médicos más elevados se concentran en la lactancia y la primera infancia, cuando son más probables los problemas respiratorios graves o la compresión del tronco encefálico; con cribado y tratamiento a tiempo, estos riesgos pueden reducirse de forma notable. En la infancia tardía y la edad adulta, son frecuentes la apnea del sueño, el dolor de espalda o de piernas por estenosis espinal y la artritis; son afecciones que pueden manejarse con control del peso, fisioterapia, evaluación del sueño y, cuando es necesario, cirugía. Los signos precoces de acondroplasia que requieren atención urgente incluyen pausas en la respiración durante el sueño, dificultades para alimentarte con escasa ganancia de peso o debilidad en brazos o piernas.

El pronóstico a largo plazo de la acondroplasia es generalmente bueno en términos de supervivencia, y la mayoría de los adultos llevan vidas plenas; sin embargo, algunas personas pueden presentar limitaciones de movilidad o necesitar procedimientos como la descompresión por estenosis espinal. Cada recorrido es un poco distinto. Comprender el pronóstico puede guiar la planificación y ayudarte, junto con tu equipo de atención, a programar las evaluaciones, adaptar las actividades y elegir tratamientos que protejan tu comodidad y tu independencia con el paso de los años. Habla con tu médico sobre cómo podría ser tu pronóstico personal, incluidas las revisiones que conviene priorizar ahora y qué señales vigilar a medida que cambian las etapas de la vida.

Efectos a Largo Plazo

La acondroplasia es una enfermedad crónica con manifestaciones que comienzan en la infancia y evolucionan con el crecimiento, afectando los huesos, la respiración y la audición. Los efectos a largo plazo varían mucho; no todas las personas afrontan los mismos problemas con el tiempo. Aunque las familias pueden recordar signos precoces de acondroplasia en la lactancia, a largo plazo suelen aparecer cambios en la columna, la alineación de las articulaciones, el sueño y la salud del oído. La mayoría tiene inteligencia típica y muchas llevan una vida adulta plena, aunque ciertas complicaciones pueden aparecer más adelante.

  • Estatura baja: La talla adulta suele estar muy por debajo del promedio, a menudo alrededor de 120–135 cm (about 4–4.5 ft). Las extremidades siguen siendo más cortas que el tronco a lo largo de la vida.

  • Estenosis espinal: El estrechamiento del canal medular puede aparecer en la adolescencia o en la adultez. Puede causar dolor en las piernas, hormigueo o debilidad al caminar.

  • Curvatura de la columna: La lordosis lumbar y la redondez en la parte media de la espalda pueden persistir. Estas manifestaciones pueden cambiar con el crecimiento y a veces intensificarse en la adolescencia.

  • Piernas arqueadas: La curvatura hacia afuera de las piernas (genu varo) puede ser de larga evolución. Puede contribuir a sobrecarga de las rodillas y desgaste articular precoz.

  • Oído y audición: Los acúmulos de líquido o las infecciones del oído medio son frecuentes en la infancia. Con el tiempo, esto puede causar hipoacusia conductiva (pérdida de audición por transmisión) que puede ser parcial o persistente.

  • Apnea del sueño: Las pausas respiratorias durante el sueño ocurren en muchas personas con acondroplasia. Pueden continuar en la adultez y asociarse a ronquidos intensos y somnolencia diurna.

  • Compresión en la base del cuello: La abertura en la base del cráneo puede ser estrecha, especialmente en la infancia. Si es importante, puede afectar las señales nerviosas y el control de la respiración.

  • Dentición y mordida: Un tercio medio facial pequeño puede causar apiñamiento dental y alteraciones de la mordida. Estas características suelen persistir en la adultez.

  • Tendencia al peso: Existe tendencia a un peso corporal más alto con el tiempo. El exceso de peso puede añadir estrés a las articulaciones y la respiración en la acondroplasia.

  • Resultados reproductivos: Muchas mujeres con acondroplasia tienen embarazos típicos. El parto suele requerir cesárea por la forma de la pelvis y el tamaño de la cabeza del bebé.

  • Longevidad global: La mayoría llega a la vida adulta y a edades avanzadas, con una esperanza de vida cercana al promedio en muchos casos. Los riesgos son más altos en la primera infancia y pueden aumentar después si aparecen problemas graves de columna o respiración.

Cómo es vivir con Acondroplasia

Vivir con acondroplasia suele implicar planificar teniendo en cuenta la baja estatura y las diferencias en la longitud de las extremidades, que pueden afectar a alcanzar objetos, sentarte, conducir y moverte por espacios diseñados para personas más altas. Muchas personas crean rutinas prácticas y usan herramientas adaptativas —banquitos, escritorios modificados, extensores de pedales del coche— para mantener su independencia en casa, la escuela y el trabajo, prestando atención al dolor de espalda, la sobrecarga de las articulaciones y la necesidad de controles médicos periódicos. En lo social, la curiosidad o las suposiciones de otros pueden cansar, pero una comunicación clara, comunidades que apoyan y amigos y familia informados marcan una diferencia real. Para muchas personas, combinar la autodefensa, entornos accesibles y una buena atención sanitaria permite llevar una vida plena y activa, con metas y relaciones como las de cualquier otra persona.

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Tratamiento y Medicamentos

El tratamiento de la acondroplasia se centra en aliviar los síntomas, favorecer el crecimiento y la movilidad, y prevenir complicaciones a lo largo del tiempo. La atención de apoyo puede marcar una gran diferencia en cómo te sientes en el día a día, e incluye revisiones periódicas para vigilar infecciones de oído, apnea del sueño, estrechamiento de la columna, piernas arqueadas o dolor de espalda, además de fisioterapia para ganar fuerza y equilibrio. A veces los médicos recomiendan una combinación de cambios en el estilo de vida y medicamentos, como analgésicos para el dolor articular o de espalda, antibióticos para infecciones de oído frecuentes y tratamientos del sueño como CPAP para las pausas respiratorias nocturnas. En niños seleccionados, un medicamento inyectable de una vez al día (vosoritide) puede aumentar el crecimiento de forma modesta; la cirugía ortopédica puede considerarse en casos de arqueamiento grave de las piernas o estenosis espinal, y el alargamiento de extremidades es una opción para algunos, pero implica múltiples procedimientos y una recuperación prolongada. Como las necesidades cambian con la edad, lo ideal es coordinar la atención con un equipo con experiencia en acondroplasia, y tu médico puede ayudarte a sopesar los pros y los contras de cada opción.

Tratamiento No Farmacológico

Vivir con acondroplasia puede ser más llevadero cuando cuentas con apoyos prácticos en el día a día en casa, la escuela y el trabajo. Los signos precoces de acondroplasia —como hipotonía (tono muscular bajo) o retrasos para sentarse y caminar— pueden guiar derivaciones tempranas a terapia. Los tratamientos no farmacológicos suelen sentar las bases del confort, la movilidad y la independencia a lo largo de la vida. Los planes se ajustan según la edad y las necesidades, y pueden cambiar a medida que creces y varían tus actividades.

  • Fisioterapia: El fortalecimiento suave y el trabajo de equilibrio pueden mejorar la estabilidad y reducir las caídas. Los ejercicios dirigidos pueden ayudar a proteger las articulaciones y la columna durante el crecimiento.

  • Terapia ocupacional: Entrenar habilidades para vestirte, escribir y cuidarte puede aumentar tu independencia. Los terapeutas también recomiendan herramientas que facilitan y hacen más seguras las tareas diarias.

  • Intervención temprana: La terapia en la infancia y los años preescolares puede apoyar las habilidades motoras y la comunicación. Los profesionales guían la postura y el juego para evitar sobrecarga en la columna y fomentar hitos del desarrollo.

  • Ortesis y férulas: Las plantillas o férulas a medida pueden dar soporte a tobillos, rodillas o piernas durante el crecimiento. Pueden reducir el malestar y ayudar con la alineación al caminar y estar de pie.

  • Postura y sedestación: Sillas con buen soporte y una altura de escritorio adecuada pueden disminuir la tensión en cuello y espalda. Un posicionamiento cuidadoso en la infancia ayuda a prevenir la curvatura aumentada de la parte alta de la espalda.

  • Apoyo en apnea del sueño: Los estudios de sueño pueden detectar pausas respiratorias y orientar el tratamiento. Los dispositivos de posicionamiento o CPAP pueden mejorar la calidad del sueño y la energía diurna.

  • Cuidado auditivo: Las revisiones periódicas de audición detectan pronto problemas por infecciones de oído frecuentes. Las estrategias de protección auditiva y, cuando hace falta, los dispositivos pueden apoyar el habla y el aprendizaje.

  • Nutrición y peso: Una alimentación equilibrada y actividad física ayudan a proteger las articulaciones y a reducir el dolor de espalda y rodillas. Un dietista puede adaptar los planes a los patrones de crecimiento y a tus necesidades de energía.

  • Ayudas técnicas: Banquitos, pinzas de alcance, extensores de pedales y utensilios adaptados pueden hacer los espacios más accesibles. Herramientas sencillas reducen el trabajo por encima de la cabeza y mejoran la seguridad.

  • Vigilancia de la columna: Revisiones periódicas y pautas de actividad ayudan a prevenir el estrechamiento del canal espinal. Las rutinas para fortalecer el core pueden apoyar la postura y reducir la fatiga.

  • Apoyo psicosocial: La asesoría psicológica y los grupos de pares pueden ayudar con la autoimagen, la defensa de tus derechos y la convivencia social. Las escuelas pueden ofrecer apoyos para facilitar el aprendizaje y la participación.

  • Asesoramiento genético: Los asesores explican la herencia, las opciones de pruebas y las alternativas de planificación familiar en un lenguaje claro. También pueden conectar a las familias con recursos comunitarios.

  • Adaptaciones en el hogar: Armarios más bajos, encimeras ajustables y barras de apoyo en el baño pueden aumentar tu independencia. Cambios cuidadosos en la distribución reducen el riesgo de caídas y la sobrecarga.

¿Sabías que los medicamentos están influenciados por los genes?

Los medicamentos para la acondroplasia, como aquellos dirigidos a las vías de crecimiento óseo, pueden actuar de forma distinta según las variantes genéticas de cada persona que influyen en cómo se procesan y cómo se responde a los fármacos. Las pruebas genéticas pueden orientar la dosis o la elección del medicamento, ayudando a maximizar el beneficio y reducir los efectos secundarios.

Dr. Wallerstorfer Dr. Wallerstorfer

Tratamientos Farmacológicos

Las opciones de medicamentos para la acondroplasia son limitadas, pero hay alternativas útiles para el crecimiento y el alivio de signos. Vosoritide es el primer tratamiento aprobado por la FDA y la UE para niños con acondroplasia que aún tienen las placas de crecimiento abiertas. Los fármacos que actúan directamente sobre los signos se llaman tratamientos sintomáticos. Aunque los medicamentos no cambian los signos iniciales de la acondroplasia, pueden ayudar con el dolor o las infecciones de oído, y varias opciones nuevas se están estudiando en ensayos clínicos.

  • Vosoritide (Voxzogo): Una inyección diaria bajo la piel para niños con placas de crecimiento abiertas. Puede aumentar de forma modesta la tasa de crecimiento anual; los efectos sobre la altura adulta final siguen en estudio. Los médicos vigilan efectos adversos como reacciones en el lugar de la inyección y descensos breves de la presión arterial tras la dosis.

  • Hormona de crecimiento: A veces se usa fuera de indicación en ciertos países, pero no está aprobada específicamente para la acondroplasia en Estados Unidos o la UE. Puede aumentar ligeramente la velocidad de crecimiento a corto plazo, con beneficio modesto y variable a largo plazo. Su uso se individualiza y se controla de cerca.

  • Analgésicos: El paracetamol o los AINE (como el ibuprofeno) pueden aliviar los brotes de dolor de espalda o articular. Usa la dosis efectiva más baja y evita el uso prolongado de AINE sin consejo médico. Consulta atención si el dolor es persistente o empeora.

  • Antibióticos para otitis: Las infecciones recurrentes del oído medio pueden tratarse con antibióticos como la amoxicilina. Un tratamiento rápido ayuda a reducir el riesgo de hipoacusia en la infancia. Un especialista en ORL puede participar si las infecciones siguen reapareciendo.

  • Terapias en investigación: Hay varios fármacos en ensayos, incluidos infigratinib (un inhibidor de FGFR3) y TransCon CNP (un enfoque de CNP de acción prolongada). Aún no están aprobados y solo están disponibles mediante estudios clínicos. Pregunta a tu equipo de atención sobre la elegibilidad para ensayos y los posibles riesgos y beneficios.

Influencias Genéticas

La acondroplasia suele deberse a un único cambio en un gen del crecimiento óseo (FGFR3) que hace que el gen esté hiperactivo y frena el crecimiento de los huesos largos y del cráneo. El patrón de herencia de la acondroplasia es dominante: basta con una copia alterada, por lo que, si uno de los padres tiene acondroplasia, cada embarazo tiene un 50% de probabilidad de que el bebé esté afectado. Aun así, alrededor del 80% de las personas con acondroplasia nacen de padres sin la afección, porque el cambio genético ocurre por primera vez en la concepción; esta probabilidad es un poco mayor con padres de mayor edad. Cuando ambos padres tienen acondroplasia, existe un 25% de probabilidad de que el bebé herede dos copias; esta forma grave suele ser potencialmente mortal y puede no sobrevivir a la infancia. A veces, las pruebas de ADN pueden identificar estos cambios. La mayoría de las personas con el cambio genético tendrán acondroplasia, pero los rasgos y las necesidades de salud pueden variar de una persona a otra.

Cómo los genes pueden causar enfermedades

Los seres humanos tienen más de 20 000 genes, y cada uno realiza una o algunas funciones específicas en el cuerpo. Un gen le indica al cuerpo cómo digerir la lactosa de la leche, otro le dice cómo construir huesos fuertes y otro evita que las células comiencen a multiplicarse sin control y se conviertan en cáncer. Como todos estos genes juntos son las instrucciones de construcción de nuestro cuerpo, un defecto en uno de ellos puede tener consecuencias graves para la salud.

A través de décadas de investigación genética, conocemos el código genético de cualquier gen humano sano/funcional. También hemos identificado que, en ciertas posiciones de un gen, algunas personas pueden tener una letra genética diferente a la suya. A estos puntos críticos los llamamos “variaciones genéticas” o simplemente “variantes”. En muchos casos, los estudios han demostrado que tener la letra genética “G” en una posición específica es saludable, mientras que tener la letra “A” en la misma posición interrumpe la función del gen y causa una enfermedad. Genopedia le permite ver estas variantes en los genes y resume todo lo que sabemos de la investigación científica sobre qué letras genéticas (genotipos) tienen consecuencias buenas o malas para su salud o sus rasgos.

Farmacogenética - cómo la genética influye en los medicamentos

Como la acondroplasia está causada por un cambio en el gen FGFR3, los tratamientos más recientes se dirigen a esa vía en lugar de usar potenciadores generales del crecimiento. Vosoritida, una versión producida en laboratorio de una proteína de señalización natural, contrarresta la señal excesiva de FGFR3 y se usa en niños con cartílagos de crecimiento abiertos para aumentar la velocidad de crecimiento. Confirmar el cambio en FGFR3 mediante una prueba genética puede ayudarte a determinar si cumples los criterios y el momento adecuado para este tratamiento dirigido, pero la dosis se basa en la edad y el peso, no en los genes habituales del metabolismo de fármacos.

Muchas personas con acondroplasia necesitan procedimientos a lo largo del tiempo, por lo que la respuesta a los medicamentos en la acondroplasia también es importante para la anestesia y el control del dolor. Junto con tus antecedentes médicos y la planificación quirúrgica, las pruebas genéticas a veces pueden identificar cómo tu organismo procesa ciertos analgésicos. La respuesta puede variar por muchas razones más allá de los genes, y factores como la forma de la vía aérea, la apnea del sueño y el estrechamiento de la columna suelen llevar a los profesionales a usar dosis prudentes y una vigilancia más estrecha independientemente de los resultados de las pruebas.

Interacciones con otras enfermedades

Para las personas con acondroplasia, otros problemas de salud pueden influir en tu bienestar y seguridad en el día a día. El peso extra puede ejercer más presión sobre la zona lumbar y las rodillas y empeorar la apnea del sueño, lo que con el tiempo provoca mayor cansancio y presión arterial más alta. Los signos precoces de la acondroplasia, como ronquidos fuertes o breves pausas en la respiración, pueden intensificarse durante los resfriados, la gripe o las exacerbaciones de asma, aumentando el riesgo de tener bajos niveles de oxígeno por la noche. Las infecciones de oído frecuentes también son comunes en la acondroplasia; cuando las alergias están activas, el líquido en el oído medio puede permanecer más tiempo y elevar el riesgo de pérdida de audición temporal, lo que puede afectar al desarrollo del habla en los niños.

El estrechamiento de la columna en la acondroplasia puede solaparse con la enfermedad degenerativa del disco o la artritis relacionadas con la edad y, juntos, pueden aumentar el dolor en las piernas, el entumecimiento o las limitaciones para caminar. La forma de la vía aérea y la mecánica del tórax hacen que los sedantes, los analgésicos opioides y la anestesia requieran especial precaución, sobre todo si además tienes apnea del sueño o una enfermedad pulmonar. Habla con tu médico sobre cómo tus afecciones pueden influirse entre sí.

Condiciones Especiales de Vida

Puedes notar nuevos desafíos en las rutinas diarias. Durante el embarazo, las personas con acondroplasia suelen necesitar una planificación extra: controles más frecuentes de la presión arterial y la respiración, evaluación de posibles problemas en la columna o la pelvis, y un plan de parto que por seguridad suele preferir una cesárea programada. Los niños con acondroplasia crecen y aprenden a su propio ritmo; los médicos vigilan pausas en la respiración durante el sueño, infecciones de oído que pueden afectar la audición y signos de compresión de la médula espinal, mientras que las familias y las escuelas pueden adaptar el mobiliario, usar escalones o banquitos y ajustar las actividades para fomentar la autonomía.

En adolescentes y adultos, el dolor de espalda, el adormecimiento en las piernas o el cansancio al caminar pueden aumentar con la edad por estrechamiento de la columna; mantenerse activo dentro de lo que te resulte cómodo, objetivos de peso saludables y una evaluación oportuna de nuevos signos neurológicos pueden ayudar. Las personas mayores pueden presentar artritis y problemas de equilibrio; la fisioterapia y pequeños cambios de seguridad en el hogar reducen el riesgo de caídas. En deportistas y personas activas con acondroplasia, muchos se benefician de deportes de bajo impacto como la natación y el ciclismo; los deportes de contacto de alto impacto o actividades con riesgo de compresión del cuello suelen desaconsejarse. Habla con tu médico antes de iniciar o cambiar una rutina de ejercicios. Con la atención adecuada, muchas personas continúan sus estudios, carreras, crianza y práctica deportiva, adaptando los entornos en lugar de limitar sus metas.

Historia

A lo largo de la historia, se han descrito niños más bajos de lo esperado que, sin embargo, tenían un desarrollo facial y cognitivo típico, y que crecían hasta la edad adulta con proporciones corporales distintivas. En los relatos de la comunidad era frecuente oír hablar de piernas cortas con un tronco de tamaño relativamente promedio, y de familiares que compartían un aspecto similar a lo largo de generaciones. En muchas familias, un hijo mayor podía ser la primera pista: pantalones que nunca se ajustaban al largo de las piernas, dificultad para alcanzar las encimeras; mientras que los profesionales de salud observaban infecciones de oído frecuentes o un tamaño de cabeza mayor en la primera infancia.

Descrita por primera vez en la literatura médica como un patrón esquelético reconocible, la acondroplasia se fue aclarando a medida que los médicos comparaban notas clínicas, antecedentes familiares y, más tarde, radiografías. Los primeros informes se centraron en los rasgos externos, pero con el tiempo las descripciones se ampliaron para incluir experiencias comunes en la infancia, como la necesidad de apoyo adicional por apnea del sueño o la vigilancia cuidadosa del crecimiento de la cabeza. A medida que avanzó la medicina, los especialistas reconocieron que, aunque la estatura se ve afectada, el pensamiento, el aprendizaje y la esperanza de vida pueden ser típicos con una atención cuidadosa y el tratamiento de las complicaciones.

En las últimas décadas, el conocimiento se ha apoyado en una larga tradición de observación. Los avances en genética confirmaron que la mayoría de los casos de acondroplasia se deben a un cambio específico en un gen que actúa como un “regulador” del crecimiento, moldeando cómo el cartílago se convierte en hueso. Los investigadores descubrieron que muchos casos surgen como cambios nuevos y espontáneos, mientras que otros se transmiten en las familias con un patrón dominante. Estos hallazgos ayudaron a explicar por qué padres de estatura promedio pueden tener un hijo con acondroplasia y por qué la afección aparece de forma predecible cuando se hereda.

Las clasificaciones médicas cambiaron a medida que mejoraron la imagen médica y la genética. Lo que antes se agrupaba con otras formas de talla baja se separó en función de rasgos constantes: brazos y muslos superiores más cortos, un torso de tamaño relativamente promedio y una cabeza más grande con frente prominente. Esta visión más clara orientó una anestesia más segura, una mejor planificación ortopédica y un cribado precoz del estrechamiento de la columna, todo ello respaldado por décadas de experiencia clínica acumulada.

Hoy, la historia de la acondroplasia conecta la observación al lado de la cama con el descubrimiento molecular. Conocer la historia de la afección ayuda a explicar la atención actual: por qué los recién nacidos se benefician de controles del cuello y la respiración, por qué es importante el seguimiento de oídos y audición, y por qué el apoyo al crecimiento y la movilidad puede adaptarse desde etapas tempranas. A pesar de que las definiciones han ido evolucionando, la comprensión central sigue siendo firme: las personas con acondroplasia presentan un patrón distintivo de crecimiento óseo que las comunidades ya habían observado mucho antes de que la ciencia le pusiera nombre, y la investigación en curso continúa perfeccionando una atención de apoyo, práctica y personalizada a lo largo de toda la vida.

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